Las alergias alimentarias implican una respuesta anormal del sistema inmune a las proteínas presentes de forma natural en ciertos alimentos que la mayoría de las personas pueden consumir de manera segura. Debido a las numerosas quejas de los consumidores, en 2006 se estableció una nueva ley de etiquetado de alimentos: la Ley de Protección al Consumidor y Etiquetado de Alérgenos Alimentarios (Food Allergen Labeling and Consumer Protection Act, FALCPA).
En virtud de la ley FALCPA, las etiquetas de los alimentos deben indicar claramente si el alimento contiene un “alérgeno alimentario importante”, que se identifica como cualquier ingrediente que contenga una proteína derivada de estos ocho alimentos: leche; huevos; pescado, mariscos crustáceos; frutos secos como almendras, nueces y nueces de pecan; maní; trigo y soja.
Los fabricantes de alimentos deben cumplir con la ley identificando en inglés claro en las etiquetas de sus productos la fuente de cualquier ingrediente que sea, o contenga, proteína de esos ocho alimentos enumerados anteriormente. La ley FALCPA también exige a los fabricantes identificar el tipo de fruto seco.
Los fabricantes también son responsables de garantizar que los alimentos no se presenten de forma engañosa o con marcas falsas como consecuencia de la presencia de alérgenos no declarados. Los manipuladores y fabricantes deben asegurarse de que no se agreguen intencionalmente alérgenos a los alimentos y no se declaren en la etiqueta; ni se introduzcan involuntariamente en un producto alimentario y, en consecuencia, no se declaren en el etiquetado. Esta introducción puede producirse debido al uso de equipos comunes u otros procesos de fabricación. Los fabricantes deben identificar e implementar controles para evitar el posible contacto cruzado con alérgenos.